miércoles, 16 de junio de 2010

Preparado para la próxima salida

Han pasado casi 3 meses desde ese fatídico 21 de marzo que bajando de Urrekoatxa me di un buen castañazo, que me dejó la clavícula rota, el omoplato echo un asco y una costilla rota clavada en el pulmón. A pesar de este cuadro clínico, la recuperación ha sido muy llevadera y mi ánimo no se ha resentido. Para ello ha sido fundamental el apoyo y las verdaderas muestras de cariño que he recibido de mi familia, amigos, compañeros de bici, de trabajo y conocidos. Sólo puedo decir ¡Muchísimas gracias!

Ahora es el momento de más agradecimientos: a Mateo por muchas cosas, pero también por lo bien que gestionó el accidente. A Bego, esa chica tan simpática y agradable, que me atendió en el lugar, y se hizo cargo de la bici, que hasta me la limpió. Al personal del Hospital de Galdakao que me hicieron la primera semana muy llevadera. Por supuesto, de las más difíciles. A partir de ahí he tenido mucha suerte de estar federado. Para los que dudan a primeros de año si federarse o no. No hay duda, lo mejor es no tener que utilizar el seguro, pero en caso de necesitarlo, la diferencia es abismal. Me hicieron mover el brazo varias semanas antes de lo previsto por Osakidetza, que junto con la técnica TECAR de rehabilitación y mi constancia, me ha hecho estar en condiciones de montarme sobre la bici en menos de 3 meses y con una movilidad total. Además he de reconocer que he tenido mucha suerte, porque prácticamente no tengo molestias para la avería del omoplato que tengo.


Hablando de temas puramente deportivos, el fin de semana del Día del Padre hicimos 2 salidas. El viernes 19 salimos Mateo y yo hacia sus dominios: Mandoia. Hasta Usansolo fuimos con un par de colegas: Tigio y un amigo. Echamos unas risas con el sorteo del jamón de la subida a Belatxikieta y con sus videos de batería que tiene en youtube. Ellos siguieron hacia Artxanda y nosotros hacia el Memorial Joserra. En la subida vimos muchos sapos aplastados en la pista cerca del pantano de Lekubaso. Llegamos al cruce de caminos de nuestra anterior subida y en vez de coger de frente subimos por la pista de la izquierda. Es una trialera con muchas piedras donde Mateo se luce con su técnica y se venga por haberle llevado arrastras en la subida. Arriba hacemos el avituallamiento y sacamos unas fotos.


El dichoso día el 21 de marzo se apuntó también Vicente para la subida a Urrekoatza. El día era triste, con lloviznas. Nos llovió ligeramente un rato, lo suficiente para que quitara la cámara del manillar, por eso no está grabada la caída. Llevamos el mismo recorrido que el de la salida a Saldropo, que subía de Areatza a Dima. En lugar de salir a la carretera de Dima, tomamos en un cruce de 4 caminos a la izquierda, que después de preguntar a una lugareña nos confirma que el camino lleva a Urrekoatza.


La subida es dura y en el último tramo sufro bastante. Las pendientes son importantes aproximadamente del 20%. El último tramo está asfaltado para que los coches puedan subir a las antenas que hay arriba en la cima. Reponemos fuerzas y empezamos a bajar. Como hay mucha pendiente, enseguida cogemos velocidad, miro a ver si me ha cambiado y cuando quiero frenar para no salirme, no frena. Como diría un físico, el coeficiente de rozamiento es menor que 0.001. Salida a una zanja a la derecha y me estampo contra unas rocas, golpe con el lado derecho. A partir de ahí lo que contó Juan y que la mayoría conocéis de sobra. Mi última foto en una salida.

Ahora a preparar la salida del sábado. Empezaremos suave, eh chicos...