sábado, 22 de octubre de 2011

Talajara 2011

No hemos faltado tampoco este año a la cita con la Talajara. Y ya llevamos 3 años consecutivos. Lo cierto es que esta prueba tiene algo especial para mí, porque fue la primera prueba en la que participé. Hace 3 años me parecía una aventura, una auténtica odisea. Ahora, los 85 km de la prueba de este año, no voy a decir que se quedan cortos, pero no me asustan ni la mitad. Se trata de una prueba muy rodadora, con pocos metros de desnivel acumulado, alrededor de 800 y un IBP de 74.

En cuanto a la logística, salimos el viernes para quedarnos en casa de Teodoro y María un par de días. Llegamos tarde, así aprovechamos el sábado para ir tranquilamente por la mañana a por la bolsa y a tomar unas cervecitas.

Después de degustar un exquisito guiso belbiseño, preparado por María. Por la tarde, fuimos a un alojamiento muy especial que está en la vía verde, a tomar algo. Se trata de unos vagones de tren, que funcionan como restaurante y como coches cama en la estación de Pizarrita. La verdad es que es una idea muy original. Son los únicos trenes que han circulado por la vía verde. Después de hacer la obra, incluyendo estaciones, nunca se llegaron a instalar las vías. Llegamos a cenar a Belvís con los Extrem: Victor, Jesus y Miguel y la familia de María.
El domingo llegamos pronto para ver la salida de los de la 125. Allí estaban Victor y Jesus preparándose para la carrera. Se colocan para la salida y aprovecho para sacarles una foto.

En la parte delantera, estaba el anfitrión de este año que era Fernando Escartín. Le pido una foto y muy amablemente accede.

En la salida me junto con mi colega Enrique, con el que me saco una foto. Es su segunda Talajara, y me comenta que se ha encontrado mucho mejor.

Salimos deprisa, como el año pasado y en un charco que se produce un atasco, voy por mitad del charco y avanzo bastante. Todo por no pararme. Espero un poco a que nos reagrupemos y Salva me dice que no tiene noticias de Juan y Vicen, desde hace bastante. Miguel se va para adelante.

En Belvís nos juntamos con Miguel que nos confiesa que está cansado. Lo ha dado todo. Hacemos el avituallamiento que habíamos planificado. Esperamos un poco a Juan y Vicen, pero no dan señales de vida. Luego nos enteramos que habían pinchado en la Vía Verde. Miguel se queda en la primera subida y nos dice que sigamos. Vamos hasta el avituallamiento de Alcaudete, después de un par de subidas y de la famosa cuesta del burro. La bajada la hacemos con precaución. Tampoco estaba tan mal. Tengo suerte de hacerla detrás de uno que va un poco más despacio de lo que yo hubiera ido. Mejor así, asegurando. La bajada a Alcaudete es de las de disfrutar. Llegamos a tope, para hacer el avituallamiento. Nos forramos: fruta, barritas, bebida, incluso probamos las migas.

A partir de ahí llega la parte más dura de la prueba, una subida larga y tendida y después de llegar al Membrillo unas buenas subidas para llegar a Talavera después de hacer 85 km (7 más que el año pasado) en 4horas y 40 minutos. A ducharnos y encima con agua caliente.

No sé lo que pasa con la Talajara, pero ha habido críticas en el foro y se repiten todos los años. Sin embargo creo que año a año va mejorando en avituallamientos, señalización, etc. Entre 3000 participantes hay de todo.

Más fotos aquí.

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