miércoles, 20 de julio de 2011

Martxa Bilbao Bizkaia

En verano salimos más de una vez por semana y no me da tiempo a comentar todas las salidas, ni siquiera las que suponen una novedad. Pero como las repetiremos, intentaré comentarlas más adelante. Hoy voy a comentar la Martxa de la Bilbao Bizkaia que se celebró el domingo. Es la primera vez que se celebra pero me imagino que no será la última. Al menos eso comenta Txefe Guerrero, que es el organizador del evento. Nos apuntamos Salva y yo, a pesar de que coincidía con las fiestas de Amorebieta. Con la inscripción te regalaban un maillot conmemorativo, que no está mal.

La ruta es exigente más física que técnicamente. Son 54 km con alrededor de 1750 m de desnivel positivo acumulado y un IBP de 150. Eso significa que es la ruta más dura que he hecho, incluyendo marchas y salidas. Empezamos el día con complicaciones. Al coger la Bici, me doy cuenta que tengo las 2 ruedas pinchadas. Habíamos salido el viernes por la zona de San Miguel y había muchas zarzas y las cubiertas empiezan a estar desgastadas. Cambio las ruedas mientras sube Salva a buscarme y salimos media hora más tarde de lo previsto. Además no habíamos recogido el dorsal los días anteriores por problemas de la organización, con lo que íbamos con el tiempo justo. Al final nos da tiempo para llegar a la salida, evidentemente salimos en la cola del pelotón.

El tiempo está gris y plomizo, que tiene su puntillo. Salimos por el Gugenheim hacia Basurto y subimos por Kobeta y el Monte Arraiz. Nada más comenzar hay una pista de cemento con una pendiente importante y poco después otra buena subida con piedras sueltas peor todavía.

A partir de aquí quedan 2.6 km de subida con un 10% de desnivel medio. Una subida constante y exigente que me da los primeros avisos a las piernas. Amagos de calambres en la primera subida al Pagasarri. Arriba hacemos un avituallamiento en el que echamos en falta algún plátano. Después subimos a Ganeta por una pista de cemento que la hacemos bajados. Esta es la cota más alta del día 686 m.
Durante toda la subida hay unas vistas espectaculares de Bilbao. De hecho sale el arco iris para adornar las vistas. A partir de aquí bajamos dirección a Alonsotegi por unas pistas de hierba al principio, que abandonamos al poco tiempo para meternos en unas pistas más técnicas. Nos encontramos con ganas y confianza y vamos pillando a gente en la bajada, algo poco habitual en nosotros.

Llegamos a un valle minero, que parece sacado de una película del oeste, y acabamos en una carretera asfaltada que nos lleva a nivel del mar de nuevo. Desde Alonsotegi subimos por una pista muy chula en dirección a Ganeko. Es una subida menos exigente que la puedo hacer en plato mediano y me permite seguir disfrutando del día aprovechando todos los momentos. Salva me acompaña en la subida, portándose como un campeón. Así y todo seguimos adelantando a otros ciclistas.

La parte más complicada de la subida está al final con una zona técnica que obliga a unos cuantos a bajarse de la bici antes de llegar al segundo avituallamiento y control de tiempos en el Paga. Empezamos a bajar hacia Bilbao con la satisfacción del reto conseguido.

En la bajada llega uno de los momentos buenos del día. Hay un gran charco que hace que los que llevo delante se bajan para pasarlo por el borde derecho. Sin pensármelo 2 veces paso por el medio provocando un tsunami que hace que algunos se rían. Disfrutando calándome hasta arriba. Bajamos con confianza y casi sin sustos importantes. Sólo nos quedaba la llegada a Montefuerte. Última subida del día y nos toman el último tiempo del día. Acabamos en el puesto 132 de los 177 que acabamos la prueba. Había apuntados casi 300.

Aquí había un punto de limpieza de bicis en el que, además de lavar las bicis, nos lavamos las piernas. Vamos hasta Bilbao en llegada neutralizada con los municipales abriéndonos el paso, de nuevo hasta el Gugenheim.

Nos ha gustado mucho la ruta y hemos disfrutado un montón. Para mí ha sido mi ruta más completa. En cuanto a la organización creo que hay cosas a mejorar como los problemas en los días anteriores en la entrega de dorsales, el caos que había el mismo día en la recogida, el semáforo de Basurto sin control y falta de plátanos. Por otro lado, hay cosas buenas como la señalización, la elección de la ruta, ambulancias y quads, masajes en la meta. En fin que hemos salido con una sonrisa de oreja a oreja y a repetir el año que viene.

Más fotos aquí.

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