domingo, 24 de enero de 2010

Zornotza-Nevero-Orozketa (16/01/2010)

El fin de semana pasado quedamos para estrenar la bici de Juan de manera oficial. No pudo aguantar, por las nevadas del fin de semana anterior (no me extraña) e hizo un par de salidas cortas para ver su comportamiento, que poco tiene que ver con su antigua bici. El resumen puede ser: la posición en la bici mucho más baja, la horquilla con posibilidad de bloqueo, frenos de disco, desarrollos más amplios en los 2 sentidos… En fin que sube mejor, baja mejor y llanea mejor. Y vaya que si se nota.

Salimos con la intención de dar la vuelta por el nevero hasta Izurza y después decidir. Salva que salió con arritmias se da la vuelta en la Pilastra para casa. Decidimos acompañarle, pero se va para Durango a ajustar el freno de la bici. Al final vamos a hacer la ruta prevista, pero llegando al Nevero nos sorprende la lluvia y al no ir preparados decidimos volver hacia Amore por Santa Lucía y Orozketa. La verdad es que no habíamos hecho el recorrido hacia Orozketa en este sentido y tiene algunas subidas “curiosas”. El perfil de la ruta es este.



Llegando a Orozketa atravesamos un paso canadiense y sigo bajando pero veo que Juan no viene me doy la vuelta, lo que significa hacer las rampas más duras de la subida a Orozketa y le pillo cambiando la rueda. Llego cansado y lo peor con hambre. Hago un avituallamiento de emergencia mientras le ayudo a cambiar la rueda. Como está chispeando ni saco fotos.

A partir de aquí noto un ruido al rodar. Me paro miro pero no veo nada. Volvemos por la carretera hasta San Miguel. Se nota que Juan tiene bici nueva y tira muy fuerte. Me obliga a meter plato grande y piñón pequeño. Ligeras bajada y viento a favor, volamos.

Subiendo a Lauaxeta, me sigue saltando el cambio en plato mediano. Tengo que arreglar la bici, otra vez… Bueno, por si esto fuera poco a la altura del Lidl, cuando íbamos a Boroa a limpiar las bicis, pincho. Cambio la rueda y cuando reviso la cubierta me doy cuenta de que está rajada. En fin que más reparaciones. Me doy la vuelta y bajo con cuidado. Al llegar a Amore me encuentro con Tate, que me cuenta que se está poniendo en forma para los 10000 del Soplao y me dice que tiene un par de cubiertas en casa y que me las pasará. Ese Tate…

Si a los pinchazos, al estado de Salva, y a la lluvia inesperada, añadimos que se me rompió el soporte del GPS y que se me salta el cambio, se podría decir que fue una salida con bastantes imprevistos. En fin que nos sirvió para probar la bici de Juan y rodar menos de lo previsto, aunque lo importante es que volvimos bien y que seguimos haciendo kilómetros. El cuenta kilómetros marcaba cerca de 40. No saqué ni fotos ni videos.

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